Cómo hacer jabones naturales
- Pesa por separado los
aceites, grasas o ceras que sean necesarias en tu elaboración.
- Coloca los ingredientes en
un recipiente de acero inoxidable, a fuego lento, hasta que se derritan.
Cuando las grasas estén fundidas hay que retirarlas del fuego para que
conserven sus propiedades.
- Pesa por separado el
hidróxido sódico (sosa cáustica) y el agua.
- Agrega lentamente el
hidróxido de sodio en gránulos sobre el agua y remueve hasta que se
disuelva por completo. La sosa se añade al agua, nunca al revés, para
evitar salpicaduras.
- Notarás como la mezcla se
calienta rápidamente. La temperatura aumentará hasta los 80º C. Hay
que dejarla reposar hasta que baje a los 45º C, temperatura adecuada de
uso.
- Este es uno de los pasos más
delicados. Deberás utilizar guantes de goma y gafas protectoras. Trabaja
en un lugar ventilado para no inhalar los vapores que se desprenden.
- Añade la mezcla de sosa
y agua a las grasas derretidas y remueve con cuidado hasta
obtener una consistencia espesa.
- Ayúdate de una
batidora. Resulta más sencillo.
- La mezcla comenzará
a espesar. Habrás alcanzado el punto exacto cuando puedas dejar una
linea dibujada en la superficie de la mezcla. Esto es lo que se denomina Traza.
- Añade los colorantes y
esencias. Las cantidades son orientativas, pero añadimos aproximadamente
un 1% de colorante y un 1,5% de esencia aromática o aceite esencial.
- Si utilizas pigmentos
líquidos es recomendable agitar con una batidora para romper la partícula.
- A continuación, vierte la
mezcla en el molde.
- Cubre el jabón con una
toalla o una manta y déjalo reposar durante 24 horas hasta que endurezca.
- Transcurrido ese tiempo y
con la ayuda de unos guantes, saca el jabón del molde y córtalo en
pastillas si se trata de un jabón en barra.
- Posteriormente guárdalo en
un caja al abrigo de la luz y evita fuertes variaciones de
temperatura. Hay que dejas secar durante cuatro semanas antes de
usarlo.
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